Lo confieso, envidio a los que ven la luz al final del túnel, aunque mas envidio a los que ni siquiera ven el tunel y marchan gozosos por la vida sin cuestionar casi nada mas, que porque demora el colectivo, quien tiró ese papel en el piso o quién se vistió desprolijo.
Ellos en vez de vivir asqueados, pueden aceptar las "cosas como son" normales, a no ser claro está, cuando algo por su escepcionalidad amerita el rótulo de anormal y es asi que se opta invariablemente por que a esa "basura" se la recluya u oculte en gigantescos yacimientos de negación donde se evidencia la externalizacion de los costos de "lo normal" como lo son los restos, recortes o ajustes necesarios para la tan deseada "normalizacion".
Sin embargo todo aquel que intente hacerse cargo de su propia "basura" está en clara desventaja competitiva ya que la vida es mucho mas cómoda cuando la culpa y la responsabilidad es casi siempre del otro, en especial si ese otro se trata del mas debil o receptivo.
Así esta cultura premia a los "fuertes" y castiga a los "debiles" condenándolos a la desaparicion acusandolos de victimizarse como Cristos en la cruz, para que se recliclen y resusiten (si es que pueden) en el mas allá.
Esa actitud de no tolerar a la "basura" cerca, se evidencia en todas las actitudes exclusivistas hoy tan bien vistas como normal llamandolé orden, organizacion, civilización y progreso.
Son sin embárgo los "bárbaros" los que sostienen la "civilización" es por eso que hoy se los pretende cambiarlos por autómatas y maquinas "inteligentes" mas faciles de normalizar y reemplazar, asi a medida que la civilización avanza, la vida retrocede...
Es mentira, no envidio a los que no ven el túnel, ni siquiera a los que ven la luz al final, aunque duela elijo la vida.