En el 2001 Argentina sufrió una aguda crisis comparable a un estado de coma, inducido por las políticas neoliberales y extractivistas, aplicadas en su mayor medida, en la década de los noventa.
Esta parálisis y pérdida de gobernabilidad, fué definitiva para la desestructuración del sistema productivo y financiero, se detuvo el flujo permanente y seguro de divisas y recursos hacia los centros globales de poder concentrado, por lo que ante esta verdadera "emergencia socio-política" los poderes fácticos locales y transnacionales se debatíeron en posiciones confusas, hasta que asumieron que la patria de la vaca y la soja (así como toda la región latinoamericana) ya no podía ser "ordeñada" con los ya clásicos métodos de desestabilización, por lo que acuñaron el concepto de que "los muertos no pagan" (por ahora) y permitieron a modo de terapia temporal de resusitación, la instalación de gobiernos progresistas "revolucionario-capitalistas" que gestionaron la restauración del sistema financiero y extractivo que posibilitó el pago parcial, e inútil de la deuda eterna y el reflujo de recursos hacia los centros concentradores.
Tras este breve lapso de "la década ganada" o de "la soja gorda" y pese a algunos honestos intentos distributistas, se reinstaló compulsivamente el sistema de cosecha y ordeñe extractivista neoliberal clásico en toda la región, mediante la manipulación informativa, pasamos de la veterinaria, al ordeñador, pero alegres, democráticos y mucho, pero mucho "menos corruptos que antes".
Es en vano y hasta perjudicial, atacar o defender a Cristina Kirchner o a Mauricio Macri, como si entre ellos existiera una diferencia en verdad substancial, solo cambia su metodología, ellos fueron o son, no mas que meros gerentes regionales, CEOs, de las transnacionales, ninguno de los dos desafió a la Barrick Gold, ni a Bayer-Monsanto, ni a Chevron, ni a Benetton, ni a los dragónes chinos, por citar solo algunos ejemplos y ni aún las estatización de Aerolineas Argentinas e YPF resultaron en desmedro de la alicaída economía española del momento necesitadísima de capital fresco, pero si que sirvió, para dar un toque Nac & Pop a los CEOs del momento, lo cual les aseguró la gobernabilidad y les dio la licencia social necesaria para arribar al estado en el que actualmente nos encontramos los argentinos, es decir, divididos y dominados.
Las empresas transnacionales son personas jurídicas inmortales no democráticas, pero mas importante que eso, es que son las que en verdad nos gobiernan sin mas patria, ni ideología, que la acumulación absoluta del poder real, utilizando a los gobiernos electos, como caballos de troya a los cuales debemos venerar o denostar según la ocasión y sus necesidades del momento.
Desde el anonimato, el secreto bancario y ocultos tras un velo de información basura, los reyes del capital y la tecnología, construyen sin prisa pero sin pausa un globo planetario, solo apto para los mas voraces adictos al poder, los cuales solo pueden ser detenidos con balas de verdad y conocimiento, destruyendo así sus bases discursivas y falsos relatos, constructores del poder piramidal meritócrata, que asignando mérito desproporcionado a los encumbrados en la cúspide, denigra y niega el poder a los cimientos de la estructura social y biológica que lo sostiene, por lo que su derrumbe es inexorable.
Accionistas de la muerte ríndanse, están rodeados.