Contraria mente a lo qe yo suponía, la palabra escrita surjió como método para ocultar el cono simiento, reservado en su momento a saserdotes i reyes.
Tras muchas inqisisiónes, ya no se ocultó mas la escritura, pero si su significado profundo o sublime.
En este afán por afanar el saber i eredárselo a sus dessendientes o a otros elejidos para su desgrasia, criaron códigos para lo ya existente, nasieron así los símbolos junto con las máscaras, las coronas, los báculos, los rituales, sacrifisios i demás yerbas demoñíacas, justo en las manos de qienes pisoteaban a los demás.
Por ejemplo al pedo le llamaron
sulphur, en ves de prrrprr...
También comensaron a enterrar lo qe no podían destruir, para no verlo tanto, para no verlo siempre... Añadiendo simbolos carentes de esensia a los qe en verdad tienen sierto poder umano, por ejem. la letra
H...
Luego los sinbolos se sublevaron, yéndose a otras manos, pero cayeron en oídos de sabios qe por suerte no savían qe lo eran.
Los lenguajes proliferaron, no solo en Babilonia aparesiendo lenguas uniperínas, viperínas, triperínas, asta peperínas.
Pero los doctos continuaron sepultando verdades, escribiendo sus resetas májicas en latín, griego, arameo o sáncrito... Doctores o saserdotes vestían de blanco o de negro, según la ocasión, usaban sombrero, corbata, estetoscópios o crusifijos, a modo de jeringa para succionar o inocular...
Todos lo sabemos la lechuga es
buena, en cambio la rosa
tiene
sus
espinas, ni ablemos del chamico, ni de la yarará, pero esto ya es otro cuento...
Duilion E. Brunello